La Carta

La Carta

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Para aceptar nuestros errores en ocasiones solo es necesario la carta de alguien que queremos.

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Recuerdo la noche en que mi novio y yo rompimos nuestro noviazgo. Habíamos ido al cine y de regreso a casa le dije que planeaba conseguir un vestido nuevo para el baile de la escuela. Le pregunte que pensaba llevar el.

Allí fue cuando me dijo que no me llevaría al baile. Eso sí que me molesto, me sentí frustrada. Me gustaba mucho mi novio, pero la mitad de las veces me encontraba sin acompañante para los eventos sociales. Sí el era mi novio, mí único novio ¿Por qué no me llevaba a todas las reuniones especiales?

Para cuando llegamos a mi casa ya estaba muy disgustada. Él solo pensar en no ir al baile me molesto tanto que ya ni espere a oír lo que me seguía diciendo. Bajé del automóvil y le di el portazo en las narices.

"Está bien - le grite - si no me quieres llevar, púes hasta aquí llegamos. ¡Ya no te quiero ver!".

Esa misma noche, me hablo por teléfono:

"¿Podemos platicar un rato?".Me pregunto.

"¡No!", le conteste y colgué.

Al día siguiente en la escuela se me acerco cuando metía mis cosas en el casillero y me quiso dar una nota. Cómo seguía tan enojada tome la nota y se la avente de regreso. Sé puso triste y se fue.

La nota había caído al suelo y la recogí para que nadie la viera, pero no la leí en ese momento, si no que la metí en mi libro de historia y allí se quedo en el casillero un buen número de días.

Yo me sentí miserable.

La noche después del baile busque mi libro de historia para el examen, encontré la carta y entonces la leí

Querida Tayuya:

Me da mucha pena no poderte llevar a todos los lugares a los que quieras ir. A mí me encantaría llevarte a cada película, baile, excursión, feria, fiesta, teatro, restaurantes, todo lo que tú quisieras.

No sé cómo decirte esto sin lastimarte, pero es que la mayor parte del dinero que gano en mi trabajo de medio tiempo es para ayudar a mi madre con los gastos. Ella trabaja para sostenerme a mí y a mis hermanos pero no gana lo suficiente. Me encantara salir contigo… llevarte a los lugares que quieres… pero no me alcanza el dinero.

Te quiero mucho… tu sabes que debemos estar juntos… se que tienes muchas ganas de ir al baile de la escuela. Sí no te importa que no alquile el traje de noche y si no te importa que "tu ramillete" no sea de orquídeas como tu mereces, entonces me encantaría llevarte al baile. Té extraño mucho. Por favor, reconsidera.

Te quiere

Naruto.

Ahora cada vez que oigo sobre capacidad de comunicación me duele desde el estomago hasta el corazón al recordar cómo me porte con un estupendo muchacho y yo lo lastime muchísimo por negarme a escucharlo.

Lo irónico de esto es que por esa falta de comunicación la que está en realidad herida, soy yo. Ahora ya procuro escuchar y cuando recibo una nota la leo al instante, pues podría ser una carta de amor.